lunes, 27 de junio de 2011

la transparencia de un rostro

La transparencia de un rostro que no veré mañana
caer hacia los surcos candentes de mi cuerpo.
Te presentas al trasluz del umbral del teléfono
o me vuelas misterios entre la almohada.

El opaco calor que evapora tu agua
hace vaho en el espejo donde yo quiero verte
y el tapiz va cubriendo un delirio tras otro
o cegando a la luz que naciera en tu frente.

Devuélveme a la tierra,
donde pueda alcanzarte y sacúdeme el polvo
de los hormigueros. Límame los residuos
tisulares del torso. Tiéndete en mi costado,
amanece conmigo.

jueves, 23 de junio de 2011

obviedades I

I

Como si la ralladura del limón restara trizas a la piel,
si como trizas de la piel rallara los limones,
si restara los amargos, si…
No sería necesario descifrar lo obvio:
Yo me exprimo,
tú me exprimes y ella,
a mi pesar, te exprime.

II
Pero no por mucho masturbar amanece más temprano.

III
A qué tanto ruido,
la ración está servida, la mesa puesta,
cómete las peladuras
y aprendamos la obviedad número uno:
que no somos importantes.

IV
Reunión de escritores, palabra muerta.

lunes, 13 de junio de 2011

la culpa fue del aire

La culpa fue del aire –aseguraba- cómo si no puedes explicarlo. Fue del aire, sin duda. Yo no quería, y que me muera ahora mismo si miento, yo no quería desterrarla. Es duro el desierto, lo sé, y me duele si pienso en lo que estará pasando ahora. Tan sola, sí, tan sola. Aunque quizá descubra paisajes que nunca ha visto. Tropezará con peligros, eso sí, pero aprenderá a enfrentarlos o evadirlos. ¿Qué culpa tengo yo? ¿He de amargarme por eso? De haber sido otro aire, aún seguiríamos bajo la tienda, contándoles historias a nuestros hijos, pero este… Este entró, así, sin darnos tiempo a resguardarnos, a prepararlo todo. Entenderás que nada se puede contra el aire, maldita sea, yo mismo lo respiré y lo insuflé en su boca. Quién me iba a decir que la elevaría como a uno de esos globos de helio que regaláis a vuestros niños. No es malo eso de volar, pero así, de pronto, sin control de tu destino… Quizá se deje llevar por la corriente o aprensa a dominarla ¿Qué sé yo? Me han dicho que la han visto por ahí, sobre las dunas. Sé que estás pensando que por qué no voy a buscarla, quitarle el aire. No puedo, hombre, no puedo, se me resbalaría de entre las manos o la reventaría de un pinchazo. Así es el aire, nada se puede contra el aire.

antes de desbocar.

El cauce que sopesa la plenitud o decadencia.
Lento era el trago con que amargábamos el paladar
sólo por cubrir la insipidez de lo vacío.
Deja a tu lengua ahora probar nuevos caudales,
aunque nada tiemble entre las piernas
y te domine el miedo.

Necesidad de ruido,
necesidad de río
antes de desbocar en el abismo.

LA PANDERETA DIJO (Primera edición)


¿Quién no ha renegado de sus musas o sus musos? (que de todo hay) por bailar la misma música que cotidianamente tocamos? La pandereta dijo es un desafío q todos los instrumentos, entre los que sobresale el ritmo familiar y desacompasado de una historia de amor no solicitada. El libro que tienes en tus manos esconde una realidad donde encuentro y deseo se van transformando en un juego de acróbatas en el que no se sabe cuándo y quién caerá primero.