Todo un universo vive y muere en esta
página
y lo que no se dice
acaba por perderse en la imagen
paralela de la amnesia.
No existe,
no existe,
no existe...
Por ejemplo:
desde este cuarto oigo el juego de la
calle,
después del colegio sólo los niños
recuerdan
el valor de un balón en el propio
tejado.
A vida y muerte rescatan la aguja del
segundero,
antes de la cena saben que el tiempo es
suyo.
Y salvo esto que escribo
sólo ellos recordarán las tardes de
infancia.
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