Mi humor es negro,
amarilleo como una vieja hoja de diario
y a veces procuro que el añil despierte
como un bravo océano.
Malvas son las gafas con que veo la diferencia
entre el macho alfa y la hembra de adjetivo refinado.
Amanezco roja y me pongo colorada
si me descubren el flujo de la sangre
desbordando el recorrido.
Palidezco de miedo ante el insignificante insecto
que quiere chuparme las venas y lucrarse
a costa del bípedo mamífero.
Me vuelvo verde, aún no vieja,
mirando transparencias seductoras en verano.
Sin embargo, siempre que he querido juntar todo el espectro,
una mancha oscura se ha mostrado en mi cuaderno
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