Aunque
no me sienta obligada a desayunar las algas de tus labios inferiores
ni a entregarte los primeros rayos en un vaso,
aunque no me pidas que te abrace
ni demandes soles para iluminarte...
Yo no puedo hacerte más feliz, ni más luz, ni más belleza.
Todo parte de ese punto equidistante de la estrella
con el profundo océano donde convergen alas,
aire, garras...
pensando escamas, branquias, agua:
dichosa al fin de reinventar la nueva especie pájaropez
que vuelanada entre lo eterno.
Maravillosa nueva especie, ¡a volanardar para ser libres!
ResponderEliminareso, volanadar.
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