No quiero que se metan en mi casa
los viejos con prismáticos
ni las jóvenes sumisas a
arrebatarme el alma.
Cámaras fotográficas disparan flashes
para sentenciar.
Hija de la tribu emigra y se reinventa
en un círculo sin fin,
en la infinita rueda,
en la pelota tuerta, en el balón que
son sus ojos,
desorbitados, toscos. Dame ojos pide
pan.
Lejos del clan también las bestias
muestran garras,
algo de cordura pide pan. Soñar no
pide pan. No pide...
Pero...
No quiero que se metan en mi casa
los viejos con prismáticos
ni las jóvenes sumisas a
arrebatarme el alma.
No quiero que se metan
los estetas,
las cometas
ni las viejas con calceta.
Y volvemos a
empezar:
No quiero que se metan en mi casa
bla bla bla
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