lunes, 15 de agosto de 2011

nada es lo que parece


Descubro en el ladrillo un arma o una salida.
Nada es lo que parece.
Por ejemplo, si te digo lluvia,
tú puedes ver el éxtasis de tu mujer,
entreabiertas las piernas y la boca,
rezumando bolas de mercurio.
Yo veo esta lluvia de agosto que tanto me gusta,
el bochorno dejando humeantes a los turistas,
la crecida del río,
el deseo de parirme en cada estación procariota.
Y por ejemplo,
Si te digo viento… Si te digo viento,
Tú recordarás el Khamsin y no querrás regresar al desierto,
preferirás el turismo humeante,
esta ciudad,  bajo un agua de agosto
que rompe las piedras antiguas de las iglesias.
Habrás descubierto, a pesar de todo, que el ladrillo mata
…o ata. No entiendo la diferencia.
En cambio yo, si me dices viento,
imaginaré la Tramontana soplándome el norte.
Si me dices viento… o vientre
-lo mismo da-,
me inflaré como un globo de helio y explotaré
batiendo las olas del Mediterráneo.
¿Lo ves? Nada es lo que parece.
Nada es uno, impersonal, estático,
ni tú ni yo la diferencia,
aunque el ladrillo mate el deseo de volver al desierto
o al destierro del viento… lo mismo da,
al rincón más umbrío del ingenio.

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LA PANDERETA DIJO (Primera edición)


¿Quién no ha renegado de sus musas o sus musos? (que de todo hay) por bailar la misma música que cotidianamente tocamos? La pandereta dijo es un desafío q todos los instrumentos, entre los que sobresale el ritmo familiar y desacompasado de una historia de amor no solicitada. El libro que tienes en tus manos esconde una realidad donde encuentro y deseo se van transformando en un juego de acróbatas en el que no se sabe cuándo y quién caerá primero.