Hola...
en
la sala de espera ya no fuman cigarrillos pero ciñen, la víspera
del parto, los pies al suelo. Humea por las orejas el eco pálido,
austero, del gimoteo recién nacido.
Ojeras,
también ojeras, dolor de nacimiento, hola, el niño aúna todos los
pigmentos, del rojo al blanco, oscuro, espera quien le lama las
arrugas
y
caigan restos de placenta entre los guantes de algún extraño.
Hola
mundo. Hola. Llega tímido, saluda. Las plañideras dan la espalda
-del otro lado, aún tan lejos, los funerales-.
Pero
he venido a quedarme y Hola. Cualquier día, cualquier día
habré crecido y en ese tiempo intermedio, me enseñaréis a caminar
como se dice un hombre, y qué importa, sobre las cuatro patas huelo
la tierra y cavo túneles para las hormigas. Hola insectos. Hola.
Después
aprenderé frases complejas, con la cabeza erguida, hola,
apenas
una nube pase y el sol se ponga esperaré el silencio de la lluvia.
Hola lluvia, hola.
Llega
tímido, saluda.
Os
desvela mi llanto ahora, y os reís con el ceño fruncido al reclamo
de la fuente. Porque he venido a quedarme. Ahora querréis
escucharme. Hola.
Hasta
ese tiempo blanco como las marcas blancas, inútil, intermedio sí,
intermedio, me limpiaréis las heces; mucho después, en la íntima
estancia, desearé estar solo. La evacuación es un gesto fugaz; el
animal, tan frágil, señala su reducido coto. El diminuto punto
bosqueja la linea y fronteras. Hola pueblos. Hola.
Alguien
corta flores, hola, para otro, han matado un cordero y habla. En ese
punto ya nadie escucha. Me enseñan a guardar la queja tras el
regreso de muchas vidas resucitadas. Hubo una muerte antes. Pero
hola. He venido a quedarme, aún no es el tiempo de las plañideras.
Y
así la tierra, insectos, flores, el agua de la fuente, sol y nubes,
y así montañas, aire, saludos a las bestias, hola.
Llega
tímido, el gimoteo del niño.
Ayer,
antes de ayer, mañana, pasado mañana. El tiempo intermedio
imperceptible apenas, pero hola.
Quizás
algunos nombres conserven sus mayúsculas
cuando
llegado el momento, en la sala de espera,
humee
de entre los ojos el discordante llanto de las plañideras. Hola.