La ciudad está sucia.
Veo el amanecer de transacciones
autómatas,
acero inoxidable empala hombres y
mujeres no tan lejos del hambre.
Llamemos a las cosas por su nombre:
….................................
No conseguimos nombrarlo.
Como casi muertos borbotea la sangre
entre los pulmones y no hay grito. Frío, es verano y hace frío.
Una espina dorsal curvada de
servidumbre repta el tronco hasta la copa y silba.
La infancia herida, lo he visto, se ha
quitado las vendas para cubrir las llagas de los progenitores.
Cambian las reglas y cuidan que sean
felices los padres niños, las niñas madres.
Lo he visto y no hago nada, pero lo
dije, la ciudad está sucia.